viernes, 7 de diciembre de 2007

Las invasiones barbaras

El miércoles me decía mi padre que estaban previstos 6 millones de desplazamientos para este puente. Un millón era de madrileños que van a otras regiones, mientras que los 5 millones restantes eran de gente que iba a venir a Madrid.

Ayer por la mañana, pude comprobar de primerísima mano, que la información que mi padre me había dado era érronea. ¿CINCO MILLONES? pocos me parecen a tenor de la escandalera y algarabía existente en el centro de la capital.

No se me enoje padre, seguramente usted está en lo correcto, pero como reza el título de este post, esto son LAS INVASIONES BÁRBARAS.

Mamma mía -me permito este italianismo porque estamos compartiendo vida estos días con un espagueti amigo de lamari-, esto no tiene razón de ser. Hordas de bárbaros gritan, corren, vociferan, ladran, saltan, escupen, etc, etc, adornados con estrambóticas pelucas, mientras caminan con cara de hombres tristes (observación de lamari). El espagueti -de ahora en adelante G.-, ha observado otro hecho que le paece curioso, a saber: que la gente haga cola. A mí, hasta ayer, me parecía que el que la gente hiciera cola era un signo de educación, pero G me ha hecho caer en la cuenta de que no es normal que la gente haga colas kilométricas por todo. Por ejemplo había cola en la mallorquina, conocidísima pastelería sita en la Puerta del sol, cuya especialidad son las napolitanas aunque en la guía de G diga que son las ensaimadas. Por ejemplo había colas kilométricas en los tres bares más conocidos de la Plaza mayor donde degustar los famosos bocadillos de calamares de Madrid, es decir, que probablemente G se irá de madrid sin probarlos. Por ejemplo había una cola kilométrica en Doña Manolita, que es un local sito en la Gran vía donde todo el mundo compra lotería de navidad aunque, que yo sepa, desde que yo era pequeño allí no salido un gordo ni por asomo. por ejemplo había una cola kilométrica en Casa Mira, una antigua pastelería famosa por su turrón cuya pinta es cualquier cosa menos apetecible. Para más inri, habrá de saber el lector que el domingo pasado me levanté pronto y salí a comprarle un croissant a María en esta famosa pastelería sita en la Carrera de San Jerónimo, es decir, justo al ladito de nuestra casa, y tras pagar 1, 30 €, o lo que es lo mismo, unas 210 pesetas aprox., descubrimos que, como diría G, estaba esquifoso. Asqueroso.

G. se descojona todo el rato, porque no le entra en la cabeza que se esté constantemente haciendo colas por cosas que nosostros mismos le estamos diciendo que no son tan valiosas. Pero claro, los bárbaros son así. Vienen, invaden, te destrozan la ciudad entrando triunfantes a bordo de sus coches, copan los lugares que frecuentas cotidianamente y exhiben sus pelucas como seña de identidad y especie de trofeo: "eeeeeeeeeeeeeeeehhhhhhhhhhhhhh, soy VárVaro!!! Mirar mi peluca afro JAJAJAJAJAJA pero qué gracioso soy". G. se lo flipa.

Esta tarde lamari ha ido con G a ver una exposición de Warhol que había en la casa encendida (para los que no seáis de madrid, deciros que este lugar es como el santuario de los modernos intelectualoides, donde hay dos iluminados que tocan 3 palos contra la pared y los modernos salen con cara de éxtasis comentando entre ellos cosas del tipo : "tío, qué alucine. he sentido algo intenso en el corazón"). Yo me he quedado en casa porque paso un poco de Warhol, pero paso mucho de los modernos. total, ¿qué créeis que había en la casa encendida? "sactamente" UNA COLA de modernos bárbaros. G. no da crédito el pobre, porque esto es como un gag recurrente de teleserie.

Esta noche iremos a un sitio llamado Alfredo´s que está en la calle lagasca Nº 5. Ya tenemos reserva. Allí se comen una hamburguesas caseras de carne de cebón que se te va la perola. El coste es de entre 10 y 15 € por persona, así que si venís a madrid y queréis comer las mejores hamburguesas de la capital, no dudéis en ir a este local, pero, por favor, no se lo digáis a ningún bárbaro o habremos de hacer cola y G. arrojará a su partida una bomba nuclear sobre nuestras cabezas. Por cierto, no se puede fumar.


Mientras estemos saboreando nuestras deliciosas hamburguesas, habrá bárbaros haciendo cola en algún lado de la ciudad, con peluca y cara triste pagando dinerales por cosas que no lo valen. G. no lo verá y no seguirá pensando, a pesar de lo que lamari y yo le decimos, que los españoles somos idiotas o, como poco, unos bárbaros borreguiles. Y apuntaré que cierta razón no le falta.

Espero que el puente os esté yendo mejor que a nosotros.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

a mí lo de las pelucas me gusta ,es uno de los absurdos de esta ciudad.
Los españoles en concreto los madrileños son filófilos, es decir aman las colas. En cualquier aeropuerto del mundo, si ves una cola para embarcar, seguro que el vuelo va a España. También esperan colas para el autobús.... ufff, vida sin sentido

Anónimo dijo...

yo soy G.
e non sopporto le code.
e mi piacciono le parrucche

Anónimo dijo...

Mi ser americano. Gustar mucho calamares, casco viejo y Corte Ingles. Colas para todo too. Pero tu tener razon, madrileños locos, si lo mas feliz eres comiendo una hamburguesa. What paradojico, man!

Rubén Moreno Castellanos dijo...

No doy crédito. lamari y G. se han ido esta mañana a la plaza mayor, han hecho cola y se han comprado una peluca cada uno. Sin comentarios...

Esther dijo...

¿quién da la vez?. Me apunto lo de Alfredo´s y prometo guardar el secreto. Un saludo

Rubén Moreno Castellanos dijo...

esther, no dejes de ir a Alfredo´s. Reserva primero.
Uma, qué recuerdos!!! habrá que hacer una guía gastronómica alternativa.

Anónimo dijo...

Perdón, pero los madrileños cuándo visitan mi pueblo van de sabiondos impacientes, debe ser otro defecto nacional como la envidia y el criticar sin freno. La moda de hacer colas por inutilidades varias empiezan a extenderse por mi provincia gracias a un nuevo centro comercial en los que venden montañas de ropa interior por cuatro euros (mediamarck o algo así). Hay quien se hace más de 100 Km en un día para comprar paquetes de calzoncillos o bragas. !Que pérdida de tiempo pudiendo ir a la sierra o a la playa meterse durante horas en un centro comercial durante un puente! Debería de estar castigado ser tan ... horterilla

Anónimo dijo...

Uy majo estás como para vivir en la costa!!
A mi me invaden todos los 1 de Mayo, y me liberan llegando Octubre, Amén de puentes, Semanas Santas, y demás jolgorios del año.
Tú ciudad y toda España, está perdiendo identidad para convertirse en el gran parque temático de turistas que es hoy en dia, si te sirve de consuelo.
Como todo Dios viaja, eso hay, que bonito el IX cuando solo viajaba la aristocracia, y el resto a sembrar patatas.
Por otro lado a los de Madrid no se os odia en todas partes, simplemente es que vuestro nivel de estres es incompatible con el resto del mundo, meditadlo si teneis tiempo...

Rubén Moreno Castellanos dijo...

Efectivamente, querido anónimo, he tenido el tiempo suficiente para meditar que si me voy algún día de Madrid, no me iría a la costa, sino a un pueblecillo tranquilo del norte y con montaña.

No te ofendas, pero mi familia es valenciana y lo de la costa es más de lo mismo. Toda la razón te doy en que vivir allá donde vivas, sea, probablemente, algo insoprtable.

Sobre el estrés que vivimos los de aquí, decirte que cuando salimos nos relajamos, luego si te parece que fuera de nuestra ciudad estamos estresados, imagínate lo encabronados que tenemos que estar aquí. Si a esto le sumas 50.000 espaguetis, 80.000 gabachos, 200.000 frankfurts, 500.000 hoolligans y 4.000.000 de españoles (con sus gritos y coches) moviéndose como hormigas en 1 Km. cuadrado, hazte cuenta de cómo podemos ponernos.

La diferencia es que madrid, que dicho sea de paso, es más fea que el portero del infierno, no vive del turismo. Aún así, como de aquí se va al cielo y yo he nacido en el barrio de la Paloma (La Latina, vaya), de aquí, por el momento, no me muevo.

Anónimo dijo...

ya empezamos con amigos de madrid versus enemigos...
en fin, para qué entrar en si molamos o no... es que a mí no me interesa!!!!! me gusta vivir en una ciudad donde no me preguntan de dónde soy.

Anónimo dijo...

Hola, Rub, ¡qué bien escribes! Me he leído tu blog entero hoy, leia a Lamari pero hoy te he descubierto también a ti. Estuve en Madrid el puente, lleno de colas, me encanta (Madrid, no las colas) Estuve en Delic (Plaza de la Paja) comiendo una tarta de zanahoria y en Casa Lucas que está enfrente de Lucio ¿algo qué opinar?
Un saludo