jueves, 6 de agosto de 2009

Ventiladores rotos

Su primer ordenador se lo compró una vez comenzado el siglo XXI. Había gente que le decía que aquello era una insensatez, que debería habérselo comprado muchísimo antes, pero él se sentía orgulloso de haber sobrevivido sin computadora durante tanto tiempo, aunque realmente había tenido que hacer virguerías para apañárselas durante la carrera de tal modo que nunca le tocara escribir a ordenador. Esto, sin duda, le hacía tener que esforzarse en buscar mucha más información que el resto del grupo para buscar el groso teórico del trabajo, lo que le parecía un acierto, pues así aprendía más (y el que no se engaña es porque no quiere).

Llegó un momento en el que la situación ya era insostenible. Se fue a los grandes almacenes de su ciudad y se encomendó a una amable y diligente vendedora del departamento informático. Más o menos le dijo "tengo que comprarme un ordenador. No tengo ni idea de informática ni me gusta. Puedes engañarme si quieres, aunque preferiría que no". Una hora y media más tarde, salió de allí con un portátil, una impresora, y un seguro de dos años contra todo tipo de incidentes "es muy normal, por ejemplo, estar trabajando con una coca-cola o un café, y que se te caiga sobre el teclado. En ese caso, el seguro te cubriría la reparación" -le dijeron-, y él pudo imaginarse perfectamente esa escena, por lo que no dudó en hacérselo. Salió del establecimiento sin la sensación de haber sido engañado.

Llegó a casa y dejó el ordenador y la impresora, empaquetados, en el suelo del salón. Los días pasaron y él no movió un dedo por abrirlos. Finalmente, un día llegó su hermana, impaciente por naturaleza, y fue ella la que abrió el ordenador y lo encendió. Él miraba con indiferencia y una mueca de hastío, pues sabía, que tarde o temprano, debería enfrentarse a esa especie de enemigo invencible.

Un día llamó a un amigo que sabía informática. El amigo miró el ordenador y concluyó: esto es un pepino. El ordenador, por lo visto, tenía muchos gigas de ram (?), pero eso era algo que a él le traía sin cuidado.

Poco a poco tuvo que ir tomando cartas en el asunto. Al principio jugaba al solitario. Se compró un video juego de ciclismo que nunca supo manejar y le aburría "maldita máquina" -se decía-. Por primera vez durante la carrera, hizo su parte del trabajo a ordenador y lo grabó en aquellos cuadrados negros llamado disketes; Realmente aprendió lo mismo que las otras veces, lo que desmontó su excusa del pasado. Cuando no tenía tiempo, "contrataba" a una amiga de su hermana para que le pasara los trabajos por diez euros y un par de cañas. Con el tiempo contrató internet, y su madre le decía que estaba enganchadoa esa cosa diabólica, pero él se sentía impotente por no poder explicarle a su madre que lo único que trataba era de entender cómo funcionaba la red, y que navegar una hora al día no era estar enganchado y que además le era útil para busca información. De paso, trataba de explicarle a su madre que en el futuro, todo se haría a través del ordenador, por lo que ella también debería ponerse manos a la obra. "tienes que trastear" -le decía todo el mundo-, y trasteando consiguió abrirse una cuenta de correo. Como no le daba su dirección a nadie, nunca tenía correos, por lo que cuando encontró un apartado en el que le preguntaban si quería recibir información sobre diversos temas, clicó sobre deportes, cine, viajes, y ocio y cultura. Al día siguiente tenía varios mails con publicidad que leyó con atención aunque sabía que no iban a interesarle, pero...¿qué podía hacer?...eran los primeros mails que recibía.

Poco a poco siguió aprendiendo lo que era hacer un "corta-pega", a utilizar diferentes tipos de letras. lo que era un archivo, a crear carpetas, a grabarse música, etc. Otro amigo informático le instaló un día un programa para hacer aquello que tantas veces había oido que hacían los demás: bajarse música. Esto le entusiamó, pero cuando abrió el programa y comenzó a pensar que se bajaría, estuvo un buen rato sin saber qué descargarse. Finalmente se bajó bohemian rapsody de queen, aunque era una canción que tenía en vinilo, casete y cd. luego se descargó one de U2, aunque era una canción que tenía en casete y cd. Finalmente se descargó la discografía de queen entera aunque la tenía en casete. Cerró el ordenado y pensó que aquello de descargarse música era un rollo. Un día se acordó de que en el pasado se reía mucho con un programa de japoneses que se daban hostias como panes. Humor amarillo. Se descargó varios capítulos que tardaban bastante en bajarse, y cual fue su decepción cuando vió que detrás del nombre de humor amarillo, siempre estaba Nacho Vidal con su pene erecto y una rubia delgada chillando como una perra. Volvió a cerrar el ordenador.

Un día descubrió que el ordenador admitía cedes y preguntó a sus amigos si eso servía para ver películas. Como la conestación fue afirmativa se dirigió al video club y alquiló un apelícula de autor. Había pensado que sería maravilloso y genial meterse en la cama, con una infusión al lado, un cenicero, y su ordenador encima del edredón. Qué idílica e íntima sensación: había que ver una película de autor. Ya se veía al día siguiente fanfarroneando por la facultad "sí, bueno, estoy un poco cansado porque ayer me alquilé tucumán y las porras de san virgilio, y me quedé hasta las tantas en mi cuarto viéndola en mi portátil", pero la realidad fue que a la media hora de película el ordenador se apagó. Comprobó que la batería estuviera enchufada, y lo estaba. Probó a encenderlo de nuevo y reaccionaba, pero a los pocos segundos se volvía a apagar. No sabía qué hacer. Cogió el portátil y notó que la temperatura de este era excesivamente alta. "hostias!!! lo he quemado!!!". Una ola de angustia recorrió su cuerpo y le hizo cosquillas en el escroto. Se tranquilizó pensando que el seguro lo cubriría y que al día siguiente, comentaría que el ordenador se le había roto en mitad de una película extraordinaria y exquisita, íntimista sin llegar a ser lenta, con un gran retrato psicológico de los personajes, aunque en el fondo a él le estaba pareciendo una mierda más grande que la leche, por lo que casi se podría decir que hasta le hizo cierta gracia que el ordenador se apagará en aquel instante.

Al día siguiente encendió el ordenador con la desesperanza habitual del que sabiendo que, aunque pruebe encender mil veces un aparato que está roto, jamás volverá a funcionar. En ese caso no fue así y el ordenador funcionó. Alguien le explicó que los ordenadores llevan ventiladores para no calentarse en exceso, y que si los tapas, máxime con un edredón de plumas, el ordenador se apaga por sí solo para protegerse de no morir quemado. Coño con los bichos, qué inteligencia, aunque nosostros sudamos como método de refrigeración y eso es más inteligente, no?

Con el paso de los años, el ordenador empezó a apagarse solo. El seguro ya había caducado y no se podía hacer cargo de la reparación. Él no sabía que hacer, y aprovechando que en el edificio en que vivía habían entrado dos nuevos vecinos informáticos muy jóvenes y enrollados, se lo subió para que le echaran un vistazo. Tres días después se lo devolvieron sin arreglar y solo dijeron: creemos que tienes un troyano. Si ya sabía yo que estos bichos...los carga el diablo.

Un día, al llegar a casa, su padre, que se había hecho adicto a jugar a las damas por internet a altas horas de la madrugada, le dijo que el ordenador ya no se apagaba. Cuando le preguntó a su padre qué es lo que había hecho, le contestó con un gesto de simplicidad que lo había aspirado. Él se quedó contrariado, pero lo cierto es que el ordenador ya no se apagaba, ni hacía tanto ruido, ni se calentaba hasta quemarte las piernas.

Cada X tiempo el ordenador volvía a apagarse al poco de encenderse. Solo había que aspirarlo y volvía a funcionar. A mí esto de ser ingeniero informático y que después de tres días solo sepas decir que hay un troyano en el ordenador y que una posible solución es cambiarte el sistema operativo de windows por linux, y que luego venga un tipo que a los doce años empezó a trabajar de carnicero y te diga que lo ha arreglado aspirándolo, me da qué pensar. Por ejemplo, me hace caer en la reflexión de que una adicción te hace potenciar tus recursos mucho más que una licenciatura.

Hace poco el ordenador empezó a apagarse de nuevo a los cinco minutos de haberlo encendido. Ya no bastaba con aspirarlo. Hubo que llamar a otro amigo ingeniero telemático. Cuando le fue contado el historial del ordenador, rió con ganas y espetó "tu padre es un puto carck". Encendió el ordenador y la novia del afectado dijo "claro, mira, es que cuando enciendes el ordenador sale esta pantalla azul que pone ASPIRE ACER, y tu padre habrá dicho, pues lo aspiro"; el chico, la novia, y el ingeniero rieron con ganas.

El telemático acompañó al chico a comprarse un disco duro externo para salvar toda la información posible por si acaso. pero como el ordenador ya no permaneciera encendido más de diez minutos, decidió llevárselo al trabajo para desmontarlo y limpiarlo por dentro.

El lunes pasado el ingeniero le devolvió al chico la máquina diabólica. "El parte es el siguiente: ventiladores obstruidos, micrófono jodido por la mierda, y la pasta termoselladora desgastada. Te he salvado absolutamente todo lo que tenías en el disco duro" -dijo- "y ahora me voy que mañana me voy a Tenerife y tengo que hacerme la maleta, que salía a las 15:00 de trabajar y me he quedado con tu bicho hasta las 21:00" -continuó-. El chico se lo agradeció encarecidamente y le preguntó, por curiosidad, cuánto le habría costado arreglar eso en una tienda normal. El ingeniero no quiso precisar, pero dijo que bastante.

Al llegar a casa el ordenador estaba vacío. ahora le tocaría aprender a manejar el disco duro externo y le daba pereza. Enchufó el puerto usb que le daba conexión wifi, pero no tenía interntet. Intentó conectarlo, pero sus recursos eran muy limitados. Quería postear sobre un reciente viaje a galicia, y tenía la costumbre de postear desde su ordenador (el chico, a fuerza de coraje y tesón, había aprendido a lo largo de los años lo suficiente como para tener un blog). Su novia, mucho más paciente y ducha con el tema informático, se ofreció a ayudarle con la conexión a internet, pero él sufría cuando veía alguien trastear en su ordenador sin saber bien qué estaba haciendo. Su novia no consiguió conectarse a internet, por lo que el chico se levantó un 6 de agosto del 2009 a las 07:00 de la mañana, para postear esto desde el ordenador de su novia, un mac al que, mucho me temo, le quedan también dos telediarios.

Ely, María, Pink, no me olvido de vosotras.

7 comentarios:

Ely dijo...

como pudiste comprobar, aqui no hace mucho calor por las noches, pero aún así yo me siento como en el infierno. Un calorazo... series yonkis, y el portatil tienen la culpa, mi cama es una sauna
Aspire acer? muérome

Rub dijo...

Sí, sí, ASPIRE ACER. Yo creo que como a mi padre siempre le digo que el ordenador está diseñado para los tontos y que siempre te dice qué es lo que tienes que hacer, pues el hombre debió pensar algo así como "si aquí pone que aspire acer, y el ordenador es un acer, eso es lo que habrá que hacer". Más allá de la anecdótica situación, lo que más me llama la atención es que, paradójicamente, lo arregló.

Series yonkis es la mejor página del mundo, pero nada de saunas, que tú te ves muy bien como estás.

Naïf dijo...

"No os olvido", macho, sonó a necrológica...
Mi padre era un colgado de la informática, yo empecé con los spectrum de cartucho cuando aún no sabía ni hablar y mira, me quedé anclada en el corta y pega, no paso de ahí ni a tiros. Hace un par de años mi J. me regaló mi súper portátil HP con memoria nosequé y nosecuánta velocidad y yo pensaba: "¿Pa´qué?".
Mi reino es Google y Blogger y el Foro de Vogue y poco más...

Rub dijo...

Estoy de acuerdo contigo, Pink;sonó a necrológica. Lo que quería decir, claro está, es que os debo un post de nuestro encuentro en vuestra preciosa tierra.

los spectrums, mamma mia, me acuerdo de uno que tenía un amigo mío en el que había que rebobinar las cientas y era un coñazo...; eso de los cartuchos ni me suena. gracias a Dios, tanto tú como yo, por nuestras profesiones, creo que somos de los pocos que no necesitamos el ordenador. Fíjate hasta que punto los psicos no tenemos ni idea, que el otro día teníamos que escribir una cosa de unos cursos una compi y yo aquí en casa, y tuvimos que pedirle a lamari que nos ayudara a poner la hoja del word en apaisado. No te digo más.

Y lo de las velocidades de procesamiento, y los gigas, y todo eso. jooooder, estoy contigo ¿pa qué?; el otro día, cuando fui a comprar el disco duro, yo mismo me recordaba a mi abuela con el dinero, que hay que explicárselo por colores. Por ejemplo: si algo cuesta 130 euros, a mi abuela hay que decirle que son 2 billetes amarillo, uno azul, y uno rojo. Pues conmigo igual. Mi amigo me decía que el disco tenía 1 tera de memoria ¿tera? la primera vez que oía esa palabra, y claro, le pregunté que me dijera cuántas canciones y películas son eso, a lo que contestó que miles (?). Pues vale.

Ay, lamari, nos comunicamos por el blog porque tú no sales de aquí. Por qué si no crees que me levanto a las 7:00 para postear? porque si no pierdo el sitio. Desde que viajas al siglo XVIII a tus tertulias tu vida es el ordenador. Respecto a tu curso de mecanografía, solo decirte que te envidio cuando te veo escribir a dos manos. Ains, qué velocidad, qué envidia.

Quieres churros para desayunar?

Ely dijo...

el tio JAJAJAJJAJAJA

Naïf dijo...

La frase favorita de mi padre es: "En un mp3, si cabe la discografía de Caetano Veloso, es que tiene suficiente memoria."

la brother dijo...

Que buena la anécdota del papa, si es que nos quejamos de vicio además de arreglartelo nos regala una anécdota graciosa. Esperate a ver a que pasa con las fotos y la mama...