viernes, 8 de junio de 2007

PUES YO MÁS...

Los psicólogos utilizan un criterio diagnostico llamado DMS-IV. Es como una especie de Biblia que sirve para saber si se está diagnosticando bien el trastorno del que se tiene dudas que el paciente pueda estar padeciendo. Si buscamos el trastorno narcisista de la personalidad, lo que encontramos es lo siguiente:

Criterios para el diagnóstico de
F60.8 Trastorno narcisista de la personalidad (301.81) [Criterios CIE-10]

Un patrón general de grandiosidad (en la imaginación o en el comportamiento), una necesidad de admiración y una falta de empatia, que empiezan al principio de la edad adulta y que se dan en diversos contextos como lo indican cinco (o más) de los siguientes ítems:

1. tiene un grandioso sentido de autoimportancia (p. ej., exagera los logros y capacidades, espera ser reconocido como superior, sin unos logros proporcionados).
2. está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios.
3. cree que es "especial" y único y que sólo puede ser comprendido por, o sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) que son especiales o de alto status.
4. exige una admiración excesiva.
5. es muy pretencioso, por ejemplo, expectativas irrazonables de recibir un trato de favor especial o de que se cumplan automáticamente sus expectativas.
6. es interpersonalmente explotador, por ejemplo, saca provecho de los demás para alcanzar sus propias metas.
7. carece de empatia: es reacio a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
8. frecuentemente envidia a los demás o cree que los demás le envidian a él.
9. presenta comportamientos o actitudes arrogantes o soberbios.

Es decir, que si os encontráis a alguien que muestra 5 ó más de estas conductas, no lo dudéis, estáis ante un/a narcisista.

¿cómo reconocerlos sin leernos este tostón? generalmente las conversaciones con los narcisistas son como siguen:
N= narcisista y U=uno normal.

U- Hombre, qué tal?

N- Ah, pues fenomenal. Super bien. Encantadísima con la vida. En mi trabajo soy la mejor y tengo a 24 modelos suspirando por mis huesos. Y tú?

U- Bueno...pues no muy bien porque...

N- Peor que yo no creo que estés. El otro día fui al médico y me diagnosticaron una enfermedad rarísima que sólo la tiene gente de belleza infinita. No sé si me entiendes? (este merluzo que va a entender).

U- Pues no sé si te entiendo muy bien, la verdad, porque...

N-ah, sí, que me has preguntado antes por mi enfermedad...

U-¿yo?

N- Sí, tú. ¿Ya no te acuerdas? Ay, pobre, qué limitadito...qué lástima! No te preocupes, Yo te perdono.

U- ¿tú me perdonas?

N- Sí, yo te perdono. Ah, claro, que no te he contado. Es que el otro día entré en una iglesia en la que hay unos frescos de Goya para explicárselas a un amigo mío que es catedrático de historia del arte. Bueno, no te lo vas a creer, me quería invitar a cenar y no hacía más que darme las gracias porque nunca había conseguido ver la grandeza de Goya hasta ese día. Me ha invitado a ir a París a que le ayude a impartir unas conferencias que tiene que dar en la Sorbona, porque dice que es increíble cómo puedo hacer entender las cosas a la gente con cuatro palabras.

U- Pero si tú no hablas francés...

N- Ya, pero me he apuntado a un intensivo de 3 semanas, y ya sabes que a mí me sobra una para dominar la lengua.

U- Y qué tiene que ver todo esto con que tú me perdones?

N- pues lo que te contaba chico, que conocí a un sacerdote que se acercó a mí de manera instintiva por la luz que irradio –esto me suele pasar muy a menudo-, y me dijo que yo era uno de esos seres especiales de los que se encuentran uno entre un millón, y que cuando un sacerdote se encuentra a uno de esos seres, les pueden pasar sus poderes para perdonar y bendecir a los demás.

U- ahhh, pues ni idea de eso, la verdad.

N- bueno chico, no te angusties. Tú no tienes porque saberlo todo. Para eso ya se ha encargado Dios de poner en el mundo gente como yo, que debemos asumir el hecho de cargar con el peso del correcto desarrollo del mundo.

U- Hombre no creo yo que...

N- En fin, chico, que se me hace tarde. Pues me alegro de que te vaya tan bien, aunque a mí me vaya un poquito mejor. Ji,ji,ji. A ver si quedamos un día con más calma y te cuento yo sobre mi vida, que ya sabemos que a ti te va todo sobre ruedas.

Yo me he criado con una narcisista en la familia (La tía I). Al principio te cabreas, pero luego le llegas a pillar el punto y te descojonas porque no te queda otra.

Perlitas de la tía I:

- “Haciendo el amor con tu tío, la cabeza me ha girado 360º ¿a qué sí, D?” y mi tío, el pobre, qué va a decir: “sí, sí, sí”.

- “Yo, psicología, es una carrera que me la saco en 2 años” Venga tía, no te la flipes. “anda, chico, que me la saco en 2 años, que te lo digo yo. Bueno, seguramente tendría que quedarme otro año más porque los profesores me pedirían que les asesorará, pero 1º,2º,y3º en el primer año y 4º y 5º en el segundo”.

- “Cuando tenía 16 años vino un emisario de coco Chanel a buscarme para llevarme a desfilar a París, lo que pasa es que el abuelo no quiso que fuera”.

- “Cuando tenía 12 años vinieron desde América a buscarme para que fuera allí a jugar al baloncesto en la liga universitaria, lo que pasa es que el abuelo no quiso que fuera”.

- “Yo no he podido estudiar una carrera por las circunstancias de la vida, pero a los 14 años los de Oxford querían becarme para que me quedara con la cátedra de física cuando cumpliera los 20. Lo que pasa es que los abuelos decían que era mejor que limpiara escaleras porque si no, no podríamos comer ”.

Lo mejor de todo esto es que si preguntas a mi abuelo, a mi y tío S (su hermano) o a mi padre (su otro hermano), todos se encogen de hombros y dicen: “pues si eso es verdad, yo no me acuerdo de nada”. La tía I monta en cólera y dice: “pero bueno, estáis gilipollas o qué? Nos hemos vuelto todos locos? No os acordáis de ese negro de 2 metros que apareció por Aravaca preguntando por mí para llevarme a NY? O el francés aquel que vino con un cheque de millones de pesetas para llevarme con Chanel?” y los tres vuelven a encogerse de hombros y dicen “pues no”. Un negro de 2 metros por Aravaca en los años 50. Qué imagen!!! Lo dicho, que te tienes que reír.

El otro día me contaba mi novia que conoce a un personaje de similares características. Se encontró con él y le preguntó que qué tal. Y el muy berzas dice: “pues ahora mucho mejor, porque llevo una semana de aupa, guapa (el chaval habla así porque es la reina de los gays). Es que el lunes de la semana pasada me diagnosticaron cáncer de páncreas, pero menos mal que he seguido el tratamiento al pie de la letra y ya me he curado”

La verdad es que me encantaría disertar sobre cada uno de los comentarios de estos personajes, pero qué vas a comentar...

En fin, me gustaría que comentarais vuestros fenómenos “yo más”, porque aunque no los soporte, lo cierto es que me muero de la risa con las ocurrencias de estos personajes...

9 comentarios:

Rubén Moreno Castellanos dijo...

Se me ha olvidado comentar la sección experimentos. Es una especie de comprobación empírica tipo meter los mentos en la coke para ver si hacen un geyser, o lo de echar bayleys en un vaso con una bebida gaseosa para ver como se solidifica. Si os encontráis con un personaje de estos y tenéis la suficiente valentía, probar a darle una hostia. Tranquilidad absoluta porque no pasa nada. El narcisista, que se considera una especie de ente superior o sobrenatural, sencillamente no se cree lo que le ha pasado y se queda sin reacción. No asume que un ser inferior haya podido golpearle y se queda como en un estado catatónico. A la tía I le pasó.

Anónimo dijo...

Yo creo que el ser un "yomás" es una técnica de autocoplacencia/autocompadecencia. Si os fijáis, éste fenómeno se suele dar en gente, que por unas razones u otras tienen una vida lo suficientemente patética como para crearse su vida ideal.

Anónimo dijo...

Pobre tía I, eso es brutalidad policial. Afortunadamente no conozco a nadie así, poque con lo peleona que soy se lo rebatiría todo.

Anónimo dijo...

tú tía es como una ana obregón en versión doméstica, creo que no hay tía más narcisista que anita, y hay que ver las perlas que suelta por la boca. Yo conozco a una que la echaron del trabajo por guapa y vestir mejor que sus compañeras. Creo que en el fondo estas personas necesitan magnificarse a ellas mismas y a su vida, porque su realidad deja mucho que desear.

Anónimo dijo...

Yo siempre tiendo a pensar que este tipo de comportamientos esconden alguna carencia y mucha inseguridad. Como esa gente que siempre presume de que lo bien que le cae a todo el mundo y lo mucho que le quiere todo el mundo (tipo Mª Teresa Campos) y luego ves que la gente de la que habla son sólo conocidos (bueno, en el caso de la Campos puede ser cierto, pero es patética igualmente).
O la gente que conoce a un famoso de lejos, porque es (un suponer) cuñado del vecino de su madre, y hablan de él como si fueran colegas de toda la vida.

Ahora estoy en fase de aprendizaje para no justificar siempre las soplapolleces de los demás, así que, es posible que no sean carencias, que sólo sean unos mamones.

Saludos.

Rubén Moreno Castellanos dijo...

Bueno, bueno, ni mamones, ni auto compedecimiento, ni inferioridad (por cierto, lamari, buena apreciación esa de la psicología barata), ni ná; enfermos, son unos pobres enfermos. El problema es que, por la naturaleza de la enfermedad, esta gente no escucha a nadie que le diga: oye, tú tienes un problema, y así, es muy difícil caer en la cuenta de lo que te ocurre.
No son dignos de lástima porque, por más hostias que les de la vida, a ellos les da igual, todo se lo justifican de una manera surrealista (mi tía se arruinó y ahí la tienes, la culpa es de todo el mundo menos suya).
pkitten, tu mote del tocapelotas del blog de lamari es el mejor. Buenísimo.

Anónimo dijo...

Ay Rub! es que nos meamos con tu blog. Las anécdotas en directo están bien pero escritas son mejores todavía.Un beso

Anónimo dijo...

actualiza ya

Anónimo dijo...

Hola Rub (y Cundo): me llamo Juan Carlos Rodríguez; soy periodista de un medio de tirada nacional y he descubierto tu blog mientras me documentaba para un reportaje sobre narcisismo patológico. Me interesa mucho el caso de tu tía y la relación familiar con un afectado por Desorden Narcisista de la Personalidad.
Como no tengo otra forma de contactar contigo, te agradecería que me llamaras al 667 51 18 78.