jueves, 25 de junio de 2009

Mr. Vodafone y su puta

Hace 11 años adquirí mi primer móvil. Era un maxon llamado elephant porque si lo ponías de una manera determinada la antena parecía una trompa y realmente se asemejaba a un elefante. Lo contraté con movistar que, por aquel entonces, parecía la única compañía que era de fiar.

Yo nunca he sido un gran fan de las nuevas tecnologías, pero hace 11 años trabajaba de camarero en un restaurante (muy recomendable aunque algo caro. Se llama el NO-DO, y no sé por qué les hago publicidad, ya que recuerdo aquella época con estrés infinito) del que salía los viernes y sábados a las dos de la mañana, y el móvil era la mejor forma de contactar con el único amigo que tenía móvil, saber dónde estaban, y desestresarme un rato.

Mi maxon elephant quedó perdido en un bar. Luego vino un motorola ladrillo y luego un nokia. Este último me duró un año justo, justo, justo. A los 365 días se apagó y nunca más quiso encenderse. Desde entonces no quiero ver un nokia ni en pintura. Como llevaba 5 años con Movistar, me acerqué a una tienda oficial y le dije al dependiente: "quiero un teléfono con el que poder hablar y mandar mensajes y por el que no tenga que pagar nada", "pues con los puntos que tienes -contestó él- lo único es este modelo (me enseñó el mismo nokia que me falló y del que nadie quiso hacerse cargo) y pagando... (no recuerdo cuánto era)". Yo insistí en que llevaba con ellos desde el principio y que creía razonable que me regalaran un terminal. Él insistía en que con mis puntos lo único que podía darme era el puto nokia de los huevos y pagando. "pues me cambio de compañía""Pues cambiate". Y me cambié. Aunque claro, mientras se hacía la tramitación, Movistar me llamó y me ofreció un súpermegaarchiortopédicomóvil de ultimísima generación a precio 0. Muy amablemente -porque entiendo que los teleoperadores no tienen culpa de nada- le dije a la chica que me llamó "Con el señor Movistar no puedo hablar, no?""cómo?""Sí, que digo, que con el señor movistar me imagino que no puedo hablar directamente, no?" "No señor. No es posible -y se rió-". "Pues si le ve, dígale de mi parte que hay un señor llamado --------, que trabaja en la tienda de la calle------- que me atendió muy mal, y que creo que esto de ofrecerme a la desesperada lo que yo les pedí en su momento, bueno, ni tan siquiera eso, porque yo les pedí un móvil básico, me parece de un mal gusto y una mala gestión intolerable" "muy bien señor, si veo al señor movistar se lo diré de su parte". Los dos nos sonreímos, colgamos, y yo me fui a un nuevo burdel llamado Vodafone.

Cuando le conté a mi padre lo de Movistar, se emocionó y se fue a una tienda Vodafone a hacer la portabilidad. Cuando le llamó Movistar se quedó con el teléfono de última generación. Esto ha sido una tónica general en la vida de mi padre, y actualmente tiene hasta móviles sin estrenar. Mi padre es que es un poco flipe y compulsivo.

Cuando me fuí a Vodafone hace 6 años, no sabía yo que acabaría siendo una puta de Mr. Vodafone. El idilio empezó bien. Pagaba menos que con Movistar, me dieron un motorola con el que poder hablar y manadar mensajes, amén de hacer fotos, y todos estábamos felices y contentos. Yo firmaba permanencia tras permanencia hasta que conseguí ser cliente oro. Cuando Fernando Alonso fichó por McClaren, sacaron el sharp McClaren y me lo cogí (soy muy fan de Alonso), pero aquel móvil estaba destinado a no quedarse en mis manos. Primero se me perdió en una tienda de sillones y conseguí recuperarlo milagrosamente aunque los vendedores, un poco macarrillas, juraban y perjuraban que ellos no lo tenían. A las pocas horas me llamaron y me dijeron que sí que lo tenían (?). Días más tarde se me quedó en un taxi, y por más que llamamos al teléfono, el taxista jamás contestó. Ojalá se estrellase contra un árbol por ir hablando con mi móvil.

Recuperé mi indestructible motorola que, como ya dije en mi anterior post, no era tan indestructible, pues se me cayó al suelo y se partió en dos. El caso es que en el pasado enero me volvió a vencer la permanencia y claro, Mr. Vodafone aparece para ofrecerme un Nokia descomunal por 9€. No se porque extraño motivo se me cruzaron los cables y dije que sólo lo aceptaría si me lo dejaban gratis y sin firmar permanencia. Me dijeron que eso no podía ser y yo les dije que entonces no me interesaba "pero usted está contento con Vodafone, señor? -me preguntaron-" "Yo sí, -contesté-, solo que me gustaría no sentirme atado y que me tratárais un poquito mejor, es decir, que me regalarais un móvil sin obligarme a firmar permanencia" "Pero se va a ir a otra compañía, señor?""pues no tengo intención""pues en ese caso muchísimas gracias por su atención y que pase un buen día".

En marzo, dos meses después, mi motorola del alma empezó a dar muestras de fatiga. Llamé a Vodafone y les comenté la llamada de hacía un par de meses, para ver qué podían ofrecerme, teniendo en cuenta que era cliente oro y llevaba 6 años con ellos, sin permanencia. Me dijeron que nada, que no había oferta posible por el momento. Que esperara a que me volvieran a llamar cuando hubiera nuevas ofertas, aunque estas tendrían que ser siempre con permanencia. Yo insistía e insistía, y ellos me mandaban de un teléfono a otro. Como una puta de cliente en cliente. Finalmente una chica me dijo que llamara al departamento de bajas que eran los que tenían potestad para ofrecerme ciertas cosas. Esto, habré de resaltar que me lo dijeron una vez que dije que me iba a ir a Orange. Y eso me da rabia, porque siempre es lo mismo: SÓLO TE TRATAN BIEN CUANDO SE VEN ENTRE LA ESPADA Y LA PARED, ES DECIR, CUANDO TE VAS A IR. Estuve toda una tarde llamando al departamento de bajas, pero nadie contestó.

Lamari alucina conmigo y las guerras que emprendo contra, según ella, causas absurdas. Pero a mí me hace gracia todo esto de estar litigando con una multinacional putera, aunque sepa que siempre voy a perder.

Como prueba de mi lealtad, he seguido sin permanencia firmada hasta el día 11 de Junio, el fatídico día en que mi móvil se destruyó y no tuve más remedio que poner el culo para que me la metieran hasta el fondo. Como una buena puta que accede a los deseos más oscuros de su perturbado cliente. Encendí el ordenador, me metí en la tienda on-line, y me pillé un súper móvil con una cámara de 5 megapíxeles (así suplía mi carencia de cámara digital). Al final del pedido decían que iban a tardar 7 días hábiles en traérmelo a casa. Como el día 11 era fiesta, pensé que quizás ese día y el viernes no contaban. Tampoco el sábado. Así que esperé hasta ayer día 24. Ya está bien. Volví a meterme en la página web y vi la opción "seguimiento de mi pedido". Anulado, ponía. Llamé y comenté lo que ocurría. Finalmente, una amable chica argentina me explicó lo que pasaba. La conversación fue algo así. T= Teleoperadora
Y= yo

T- Lo que ha ocurrido es que usted no ha enviado el mensaje de confirmación.
Y- ¿Mensaje?¿Qué mensaje?
T- ¿Cuando usted tramitó su pedido no le llegó un mensaje en el que le pedíamos que confirmara su pedido?
Y- ¿Que me llegó? ¿adónde?
T- Pues a su teléfono, señor.
Y- Ya, verás, es que yo pedí un teléfono móvil porque se me rompió el que tenía, entonces, evidentemente, yo no he visto ningún mensaje.
T- Pues agarre su tarjeta sim y póngala en otro terminal para enviar el mensaje confirmatorio.
Y- Pero dónde quieres que meta la tarjeta sim?
T- Pues en otro terminal de Vodafone. ¿No tiene otro terminal?
Y- Pues no, no tengo otro terminal de Vodafone.
T- Pues entonces, lo que tiene que hacer, señor, es agarrar su tarjeta sim, acudir a su tienda Vodafone más cercana y que se lo inserten allí en otro terminal para que confirmen el mensaje.
Y- Espera, espera. Me estás diciendo que tengo que ir a una tienda Vodafone, que confirmen el mensaje, y esperar otros siete días hábiles a que me llegue el pedido.
T- Eso es, señor.
Y- O sea, que precisamente lo pido por internet para no ir a una tienda, y ahora me decís que, de todos modos, 11 días después, y gracias a que se me ha ocurrido mirar el estado de mi pedido, tengo que acercarme a una tienda y volver a esperar otros 7 días!!! Yo alucino un poco, porque claro, se os podía haber ocurrido pensar que la gente pide móviles porque se les rompen.
T- Es que no hay otro modo, señor.
Y- Bueno, no tengo permanencia firmada ahora mismo, no?
T- No señor.
Y- Me puedo ir a otra compañía tranquilamente entonces, no?
T- Si lo desea señor -dijo con un tono de voz notablemente más apagado-.
Y- Pues nada, muchas gracias.
T- De Nada, señor. Puedo ayudarle en alguna otra cosa?
Y yo sé que esto último lo tienen que decir de manera protocolaria, pero a mí me pareció increíble, pero lo que me reí quedamente y le dije "no, no, muchas gracias".

Así que además de puta, pongo la cama. Esta mañana he ido a una tienda Orange. La chica era muy amable y me lo ha pintado todo muy bonito. Parece un buen cliente que no me va a pedir cosas raras, pero seguramente, antes o después, me pedirá cualquier tipo de aberración y volveré a sentirme puta de baja calaña.

Lamari se desespera conmigo y dice que mi guerra solo me ha llevado a un gasto de energía inútil, pero yo me veo vencedor en una guerra moral y ética.

Mr. Vodafone huele mal y me ha dado asco acostarme con él. Es duro ser puta.

martes, 23 de junio de 2009

Objetivo medio cumplido.

Desde que empezó este año llevo retrasando citas y dando esquinazo a todo el mundo. Me reservo ciertos huecos para íntimos con problemas y mi ahijada O, que si pasa mucho tiempo hasta que la vuelvo a ver, su reducido cerebro de cachorro humano ha borrado mi imagen y tengo que tratar de implementarla de nuevo intentando que la configuración estimular sea lo más agradable y divertida posible.

- Pero por qué no sales? -me decían-.
- Porque tengo que estudiar para aprobar el máster.
- Pero cuando tienes el examen?
-el 20 de junio.
-Joder, macho, pero si te queda un huevo.
- Y un huevo es lo que tengo que estudiar...

Ya está, y ahí se zanjaba la conversación. Lo cierto es que en ese sentido no tengo muchos problemas de asertividad. Como cuando estoy de marcha y a eso de las dos de la mañana, yo, que soy abstemio, decido que la noche y sus habitantes se están poniendo tontos (demasiado para un sobrio), y me decanto por la camita. Entonces llega el bandarra con el que no has hablado casi en toda la noche y te dice "ya te vas? pero si esto acaba de empezar. No, no, no... tú no puedes irte. No te vas, qué vá..." Y entonces le digo algo así como "que no? mira como me voy"; y me voy...

El objetivo de este año era aprobar el máster. El sábado, por fin, hice el dichoso examen correspondiente a los dos años. 4 horas de examen, unas 20 asignaturas. Ahora queda esperar la nota, por eso el objetivo está medio cumplido. Espero aprobar y que el objetivo se cumpla del todo porque, sinceramente, me he sentido como en selectividad: me levantaba a las seis de la mañana y estudiaba hasta la hora de irme al trabajo. Puentes, fiestas y fines de semana hipotecados confinados en el cuarto de estudio. El sentimiento el de un león enjaulado que da vueltas y vueltas por su sórdida jaula presa de la desesperación por no poder correr. sólo deambular. Pero ya está hecho y ahora estoy aquí, sentado en el sofá, con el portátil sobre las piernas, actualizando el blog que me parece un acto de libertad: poder escribir sobre lo que te apetezca sin pensar si estará bien o mal, simplemente escribiendo y dejando que te salga libre.

Ya he visto que en todo este tiempo todos vosotros habéis innovado en vuestros blogs: tenéis premios, os habéis descargado embrujos de Lamari, os habéis apuntado a concursos de bloggers, habéis actualizado cada dos por tres, tenéis preciosos contadores, fotos súper chulas, nuevos blogs incluidos en la lista de vuestros preferidos o de aquellos a los que queréis echar una mano dándoles un pequeño empujón a través de la visibilidad, etc. Y yo...? Yo sigo con mi blog primitivo; casi como al principio. Y creo que así va a seguir, pues cada vez que veo a lamari implementando soluciones nuevas a su blog me entran los mareos de la muerte.

Lo más impactante que me ha ocurrido en los último tiempos es que se me ha roto el móvil. Yo tenía un motorola de hace unos 5 ó 6 años que resultaba indestructible hasta que se destruyó. Se cayó al suelo y saltó en dos pedazos (es lo que tienen los móviles con diseño de concha). Siempre que había ido a renovar el móvil le había dicho al de la tienda que quería un teléfono con el poder hablar y mandar mensajes. No quería nada más, porque las nuevas tecnologías me dan pereza. La última vez que fui a cambiar de móvil el dependiente no me dejó hablar, simplemente se limitó a soltarme un monólogo sobre las bondades tecnológicas que incluía el móvil, que duró unos diez minutos. Cuando acabó, me puse muy serio y chulo y le dije:

- con este móvil puedo hablar y mandar mensajes?
- Cómo?
- No sé, es que me has soltado un rollo tremendo de todas las cosas que hace pero que, sinceramente, me dan igual. Yo lo único que quiero es hablar y mandar mensajes y como no has dicho nada de que pueda hacerlo con este móvil, por eso te lo pregunto.

Se quedó muy callado y contrariado y finalmente dijo "claro..., claro que se puede hablar y mandar mensajes". "pues entonces sí que me lo llevo".

Por lo visto soy cliente oro de Vodafone (es lo que tiene estar 5 años sin canjear puntos), y tenía derecho a un súper móvil de manera gratuita. Y eso es lo que me he pillado, un móvil que no tiene ni teclado, sino que es todo táctil. Todavía estoy esperando a que me lo envíen a casa, que desde el 11 de junio que lo pedí ya está bien. Ahora tengo tiempo para poder estudiarme las instrucciones con calma y... eso me da una pereza...!!! De hecho, si lo pensáis, los picólogos, aunque seamos una profesión cualificada, somos de los únicos o de los pocos que trabajamos sin ordenador. A mano, como la en la old school.

Para distraerme en los ratos de descanso de estudio, me dedicaba a una de mis aficiones: mirar pisos por internet. Este mundo necesita un post aparte, pues tiene desarrollado un código propio que he conseguido descifrar, son esas palabras claves que están insertadas "casi entre líneas" dentro de parrafadas enormes como para pasar inadvertidas y que piques, pero claro, las fotos son las fotos, y ahí sí que no hay forma de esconderse. Las palabritas claves objeto de mi concienzudo plan de descodificación son las de "acogedor, entrañable, ideal parejas, mejor ver, etc" que ahora ya sé que no traen nada bueno consigo.

Bueno, ahora queda una tensa y larga espera hasta el 15 de Julio para saber si he cumplido mi objetivo o no. Si te llaman los del máster antes de dicho día es que estás jodido y tienes que repetir en septiembre. Si no te llaman es que todo ha ido bien, y en mi caso ya podría dedicarme a la consecución del resto de objetivos para este 2009. Uno de estos objetivos, para variar, sería actualizar con una mayor asiduidad. Otro es abrirme un nuevo blog. En este caso sería de Psicología deportiva. No espero que lo visitéis (que si lo hacéis encantado), pero quería compartirlo con vosotras, mis ciber amigas. El objetivo final de este nuevo blog sería desempolvar esta faceta mía de psicólogo deportivo que la tengo un poco apolillada. También tengo como objetivos virtualizar algún curso por internet, darle otro empujón a una nueva faceta, la de formador, y como no, conocer este verano a mis ciberamigas gallegas Ely, María y Pinkocha: A FINALES DE JULIO ESTAREMOS POR CORUÑA!!! Así que una cañas imagino que caerán por el bar de la última. María: apúntatelo en una de tus listas "conocer a lamari y a Rub".

Y en fin, así transcurre mi vida: con mis loquitos en la consulta, con mi móvil nuevo (espero que llegue hoy porque si no me voy a cagar en Vodafone que contento me tienen porque no me cuidan nada en absoluto y he estado más que tentado de irme a orange. Claro, es que sólo me hacen caso cuando se me cumplen los 18 meses de estancia obligatoria y eso me hace sentirme un poco puta), con mi novia que ahora se ha hecho bruja, buena, pero bruja, con el recuerdo de un gatito que se nos coló en casa el viernes por la noche y que resultó ser de los vecinos, riéndome con los anuncios de mixta y fanta, y ahora por fin, sin vivir rodeado de libro y apuntes por todos los lados de mi despacho.

He vuelto con el propósito de actualizar una vez a la semana. ¿seré capaz de cumplir o me estoy marcando demasiados nuevos objetivos?