lunes, 6 de julio de 2009

Demasiado majo...

El año pasado en Coruña, fuimos a comer a un sitio regentado por un tipo apodado por nosotros mismos como el "fuck me". El origen de este alias se remonta a la primera vez que cenamos allí, hará ahora dos años. Estábamos unos 8 españoles y otros tantos ingleses. Nos empezó a atender un venerable galleguito que no dominaba el inglés, pero de repente salió un gallegazo gigante, de unos 40 años, que con gracia y ligereza comenzó a decir "how many beers? one, two, three, four, five..." Yo pensé que sería el típico enrollado que solo sabía contar en inglés, decir, beer, quizás beef -que se parece mucho a cerveza- y poco más. En estas estaba cuando uno de los ingleses le habló a toda pastilla (yo no entendía nada. Sí, yo no se inglés), y él respondió: Fuck me, men. Ojiplático perdido le pregunté a S. -inglés que habla español- qué había ocurrido en esa conversación, y me dijo que el inglés le había dicho que tenía un acento inglés perfecto y que el gallegazo había respondido que "claro, tío". "Pero él no ha dicho fuck me?" -pregunté-, "Pues eso, que me jodan, pues sí, pues claro" -respondió S.-. Desde entonces, cada vez que vamos a ese sitio, que no sé cómo se llama, y que está en mitad de un carreteril gallego, siempre decimos que vamos al fuck me.

Como decía al principio, el año pasado fuimos al fuck me. Nos atendió el fuck me. El Fuck me es demasiado majo. El fuck me es demasiado atento. Fuck me aparece cada 3,24 segundos por la mesa y repite incansable: ¿qué tal? ¿todo bien? ¿os gusta? ¿todo en orden? Por favor, cualquier cosa que necesitéis, cualquier cosa que no esté a vuestro gusto, no dudéis en decírmelo. Luego hace una especie de reverencia como circense y yo, interiormente, digo: ale hop.

El fuck me es un sitio muy, muy, muy, recomendable, con la única objeción de que el fuck me persona esté cada 3,24 segundos repitiéndote la cantinela descrita unas líneas más arriba. El año pasado M. me decía: "Joder, qué pesado. A mí es que estas personas tan amables me hacen desconfiar". Y yo asentí porque me ocurre exactamente lo mismo.

Ayer lamari y yo volvimos de una boda en Cantabria. Cuando hicimos la reserva de la casa rural, todo en la página web resultaba idílico. Escribí un mail muy correcto preguntando por la disponibilidad de fechas y demás. Recibí una contestación muy cercana y amable. Qué tío más majo -pensé-. Nos escribimos varios mails hasta que formalizamos todo, y mi percepción era de que realmente el dueño de la casa era un tipo excepcional.

El viernes, después de casi 500 Km., llegamos al pueblo en el que tenía lugar el enlace. Aparcamos y por allí apareció mi interlocutor cibernético con sonrisa profidén preguntando "¿Rub, verdad?". Pues sí, era yo. El tío nos cogió la maleta, nos pidió los DNI, nos dio horarios de desayunos, nos indicó el lugar de fumadores, y nos enseñó la habitación. "Coño, esto no se parece ni de lejos a lo que aparecía en la página web. ¿Y este olor a humedad? Claro, como la red no tiene olores. Será el clima cántabro". Pensé todo esto en aproximadamente 3,24 segundos. Lo justo por si fuck me aparecía por allí a preguntarme si todo estaba a mi gusto. Y menos mal que no apareció, porque tendría que haberle dicho que no. Fuck me no apareció y yo le dije al tipo de la casa rural que todo estaba perfecto.

20 Minutos más tarde fui a firmar la formalización de la reserva, y esto me llevó como una hora, porque el tipo se me puso a hablar y a contarme que él era profesor y urbanita, pero que lo dejó todo y se montó la casa rural, pero que no todo era tan idílico como se suponía. Me contó sus problemas con el Banesto, con la compañía de electricidad, con el alcalde, con los vecinos y las lindes, con los de la consejería de medio ambiente, con los de las aseguradoras, y de postre empezó a hablar en abstracto sobre el conflicto vasco y yo no entendía qué quería decir. Lamari, mientras tanto, se había cambiado, puesto el bañador, se había dado un baño en la piscina, secado, vestido y se tragó unos 20 minutos de conversación y el intento de convencimiento del tipo profidén para que se montara una casa rural en su pueblo.

Este tío era demasiado majo, con el agravante de que los tíos majos no se llevan mal con todo el mundo y este sí. Con el agravante de que el tío profidén nos contó que todo el mundo que iba a la casa rural poco menos que se iba llorando de la pena que les daba dejar la casa y yo, que soy muy refranero, enseguida pensé en aquello de "dime de qué presumes...".

A la mañana siguiente nos dirigimos a desayunar. En Coruña, en Carral, hay una casa rural que es a la que vamos siempre, llamada Costa da Egoa. Independientemente de que los dueños, Suso y Rocío, sean encantadores, y la casa, sin grandes lujos, sea muy acogedora, el desayuno es el paraíso: un litro de zumo de naranja natural, croissant, sobaos, tarta de Santiago, queso con membrillo, 2 rebanadas de pan de hogaza tostadas con mantequilla y mermelada, y café a discreción. Rocío, además, te perdona que te levantes más tarde y siempre te atiende de mil amores sin resultar pesada. Nunca te pregunta si todo está a tu gusto, simplemente porque eres tú el que le dices que todo es espectacular. Rocío es solícita, amable, encantadora. Siempre está dispuesta y siempre sonriente. Por contra, el tipo profidén de Cantabria, te vende una moto espectacular, y cuando vas al desayuno, te encuentras con una copita de zumo envasado, café con leche para media taza, una rebanadita de pan, un croissancito duro, una palmerita rancia, y un sobao sin envoltorio, pero que tú sabes que es de repostería Martínez. Y a mí, que me pongas en Cantabria un sobao de repostería Martínez, pues me toca los cojones. Total, que los dos días hemos tenido que ir a redesayunar fuera.

Yo soy muy refranero, de hecho, siempre digo que si lo llego a saber, en lugar de estudiarme la carrera, me estudio el refranero, pues ahí están todas las soluciones a los conflictos psicológicos. Fuck me es un pesado, pero al sitio no hay que dejar de ir porque merece muy mucho la pena. Rocío y Suso son adorables, y si bien la casa rural no está en un entorno paradisíaco, el trato y el ambiente, obvian el entorno (y ojo!!! que el entorno tampoco desmerece). Sin embargo, esta casa rural cántabra, habría que quemarla, aunque igual, con tantos enemigos como tiene este tío "tan majo", cualquier día nos enteramos de que así ha sido, con lo que parece más prudente retractarse y decir que igual se arruine.

El caso es que a mí me gustaría que hubiese un refrán que empezase diciendo "Demasiado majo..." y viniera a decir que no te puedes fiar de ellos. Sería algo así como lo antagónico de una frase de dúo kíe, grupo madrileño de rap, que dice "puedes confiar en los hijos de la gran puta porque nunca cambian".

Acepto ideas: Demasiado majo...

18 comentarios:

Rubén Moreno Castellanos dijo...

Me gusta tu idea. Voy a customizarla un pelín. ¿A ver qué te parece?

Demasiado majo, no te fíes un carajo.

Ely dijo...

Hombre muy majo, tocada de bajos.

A majo encantador, patada donde todo el esplendor.

A quien a un majo se arrima, mucha mierda le caerá encima.


Majo en papel de regalo, ni es majo, ni es mago.

Mas vale un atento desagradable, que un majo quemable.

Que te parece, eh? y cuando venís? y te advierto... cuando a Pinkocha le digais cualquier halago siempre levantará una ceja, sonreirá y dirá... "vete a la mierda. Mencanta

Rubén Moreno Castellanos dijo...

Pues nada Ely, muchas gracias por la información. Ya sé que tendré que ir y decir:

"Me voy a la mierda, pero me gusta mucho tu local". Además, no tendré que preocuparme de aplicarle el refrán de "demasiado majo..."

Estás prolífica, eh? Me quedo con tu segunda opción, aunque no es aplicable a las mujeres

Ely dijo...

y porque no quise seguir...
Que día os venís?

Rubén Moreno Castellanos dijo...

Del 23 al 27. Tenemos boda el domingo 26. Nos quedamos alojados en Carral, como siempre. Supongo que lo conocerás, entre Coruña y Santiago.

Lamari y yo habíamos pensado ir a Coruña el viernes 24. ¿qué os parece?

Ely dijo...

El viernes 24 se casa noa, pero podemos quedar para cenar y copas, no?

María dijo...

..acabará por tocarte los bajos??

Rimar rima, pero es de muy mal gusto, claro.

Yo soy de tu opinión. A mi la gente "perfecta" y "encantadora" me da una grima que te cagas. Prefiero a los cabrones, que los ves venir, o a la gente sencillamente educada y amable, que oye, terminan por hacérsete majos, pero de los que molan.

Yo tuve una compañera de trabajo "demasiado maja" y quiso quitarme el puesto.

Y hace años íbamos siempre a un bar donde eran "majísimos", y nos dejábamos cada viernes como 150€ en cervezas entre los mil que íbamos, hasta que un día el dueño salió corriendo tras nosotros por la calle porque "se han quedado dos cervezas sin pagar". No volvimos nunca.-.. era taaaaaaaaan majo...

Naïf dijo...

¡Ja,ja,ja! Estoy llorando de risa, primero con el post y luego con el comentario de la zorra de Ely...
Pues sí, soy bastante borde, pero es que me pasa como a ti, la gente excesivamente simpática me da cosita.

María dijo...

Pink, tú no eres borde... eres encantadoramente cortante. A Ely, a Noa y a mi nos gusta, creo yo, porque podemos llamarte zorra por ser alta y delgada y no te sienta mal, simplemente nos mandas a templar gaitas de enanas paticortas -que es lo que somos en tu perspectiva de 1.85- y listo!! jajajaja

Rubén Moreno Castellanos dijo...

1,85 mide Pinkocha??? En la foto, agachada, eso no se percibe. Sí se intuye que es guapa (¿es ahora cuando arquea la ceja, sonríe y me manda a la mierda?), pero no que mide lo que mide.

Pues yo sé de otros dos que miden 1,73 y 1,sesentayalgo, que también vamos a ser enviados a templar gaitas de forma encantadoramente cortante.

María dijo...

Jajajaja, no sé si 1.85 o 1.80 sin más, pero es alta y delgada, parece una modelo...

En cambio Ely, Noa y yo somos pequeñitas y manejables (físicamente). Vale, no se consuela el que no quiere, jajajaja

Ely dijo...

Rub, no se aprecia en las fotos lo alta que es, porque le damos una patada en la espinilla y hacemos la foto cuando se agacha y se queja

Ely dijo...

14
Que te parece este terror mio al numero 13?

María dijo...

A mi me parece muy divertido!!

Yo, de cría contaba los pasos que daba hasta llegar al baño... y tenían que ser impares.

Todos tenemos paranoias... ¿o no? ¿qué opina, señor psicólogo? ¿estamos locas o sencillamente taradas?

Rubén Moreno Castellanos dijo...

Ni locas ni taradas, simplemente obsesivas compulsivas dentro de los límites de lo normal. Todos tenemos pequeñas compulsiones como contar, tocar algo un determinado número de veces, o no escribir el comentario número 13. Yo, por ejemplo, cuento escalones: 74 del portal hasta casa (no hay ascensor).

El caso es que ya no sé si quiero conocer a Pinkocha. Todo me parece muy difícil porque vamos a ver:

No la puedo regalar los oídos porque me mendará a la mierda, o si se los quiero regalar me mando a la mierda yo antes. No sé si tengo que llamarla zorra, si decirle que es encantadoramente cortante, llamarla Pinkocha, Pink, o por su verdadero nombre. Y de postre, si me quiero hacer una foto con ella hay que darle una patada en la espinilla?

Entonces, para aclarame, cuando la vea tengo que seguir el siguiente esquema:

- ¿tú eres Pink, no? Qué local más chulo.

Aquí ella sonríe, arquea la ceja y me manda a la mierda.

Entonces yo tengo que decirle:

- Que encantadoramente cortante eres. Nos hacemos una foto, zorra? y le doy una patada en la espinilla, no? Y después es cuando me manda a templar gaitas por enano.

Jesús, qué complicado va a ser esto.

Ely dijo...

Rub... lo de la patada es la venganza por el paseo de mierda de antes. ES FACIL! te iremos guiando, tu como los muñecos de Jose Luis Moreno... dejate llevar...

Naïf dijo...

Después de una semana infernal y una noche más infernal si cabe, os agradezco que alimentéis mi ego con este fluído intercambio de opiniones, de verdad.
Un par de detalles:
Mido 1´80 y peso 69 kilos, o sea que no estoy tan delgada; podeis piropear mi local, porque es sagrado para mí; podeis llamarme como os apetezca, me gustan todos los nombres si salen de vuestros labios, incluso zorra; y no me digais lo guapa que soy, porque ya lo sé, pero también soy ultra-tímida y me da mucha vergüenza aceptar cumplidos.
Me muero por conoceros, chicos.

Rubén Moreno Castellanos dijo...

Bueno, entonces tienes un índice de masa corporal de...

69 entre 1,80 al cuadrado = 21,29. Está muy bien!!! Ni extremadamente delgada, ni gorda, perfecta.

Yo el paseillo, desde mi condición varonil, puede que lo disfrute, aunque lamari igual se une a las patadas en la espinilla. Yo no.

En cualquier caso haré caso a Ely y me dejaré llevar. Me pido monchito, pero la boca la muevo yo solo, no hace falta que nadie me meta la mano por ningún sitio.

A nosotros también nos hace ilusión conoceros. Estamos nerviosos. Esperamos no resultaros demasiado majos, pues ya sabéis lo que dice el refrán que se inventaron tres gallegas y dos madrileños...